Este tema aparece con base en pedidos de diferentes organizaciones, en donde encontramos cada vez más la “colaboración” como elemento central para el aprendizaje y trabajo con otros, poniéndonos frente a una dimensión netamente humana: lo Colectivo vs lo individual.
Maturana: “se dice que el progreso tiene que ver con la competencia. No quiero desvalorizar a Darwin, pero es un hecho que cuando competimos, el autoengaño es pensar que mi bienestar radica en negar al otro.” El desafío quizás sea concebir a lo colectivo y a lo individual, presentados como elementos que se “colaboran” y “aportan”. La diversidad es más que lo “uno a secas”.
Hay muchas cosas en las que no creo y eso me permite creer en otras cosas, por ejemplo, una de las cosas en las que no creo es en la competencia, uno de los principios más arraigados en la cultura occidental. A mi juicio, la actitud de competir o tratar de ser “El Mejor” solo trae consigo dos cosas:
Frustración si no consigues superar a tu “Oponente”.
Exitismo en caso de lograr superar a la contraparte, lo cual suele ir acompañado de una falsa sensación de superioridad y, en ocasiones, de humillación hacia el perdedor. Ninguna de estas cosas es buena.
Los equipos, las organizaciones, no están lejos de esto. En las organizaciones buscamos generar un nivel de consciencia que involucre al otro, nutrirnos junto a otros. Respeto, escucha y colaboración pasan a ser algunas de las elementos centrales para que esto suceda.
Ver como competencia a otros profesionales que realizan la misma labor que uno mismo, es la mejor forma que hay para perpetuar una mentalidad de escasez, que impide que logremos cosas grandes, al hacernos creer que no hay espacio suficiente en el mundo para que todos seamos felices y exitosos.
Negar al otro, involucra, en el mismo acto, negarnos a nosotros mismos. La supervivencia de la especie radica en gran medida en poder conectarnos con otros, crear juntos, escucharnos, aportarnos, enriquecernos… y por que no, salvarnos juntos. Urge lograr un nuevo nivel de consciencia colectiva.
La mentalidad de competencia nos obliga a guardar secretos ya que estos son nuestra mayor arma para ganarle al oponente, esto únicamente ayuda a perpetuar el estatus quo y a limitar el progreso.
El espíritu colaborativo, en cambio, invita a ser abierto, transparente y compartir todo lo que puedas. Es un llamado a ir creciendo a través de ayudar a los demás a crecer del mismo modo.
La colaboración es lo que me ha abierto más puertas y creo que puede hacer lo mismo por ti.
Por César Covi
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